¿Cómo modifica Irlanda su entorno?

Irlanda tiene una larga historia de recuperación de tierras, que se remonta al siglo XVII. Este proceso implica drenar humedales y convertirlos en tierras de cultivo utilizables. En el pasado, esto se hizo principalmente a mano, pero hoy se logra con la ayuda de la maquinaria. La recuperación de tierras ha permitido a Irlanda aumentar su producción agrícola y apoyar a una población más grande.

Gestión del agua

Irlanda tiene varios ríos y lagos, que se usan para beber agua, riego y transporte. El Gobierno ha implementado una serie de medidas para administrar estos recursos hídricos, incluidos los edificios de presas y embalses, controlar la contaminación del agua y regular el uso del agua. Estas medidas son esenciales para garantizar que Irlanda tenga un suministro sostenible de agua.

Forestal

Irlanda tiene una cantidad relativamente pequeña de cobertura forestal, pero el gobierno ha estado promoviendo activamente la forestación en los últimos años. Esto se hace plantando árboles en tierras que no son adecuadas para la agricultura u otros fines. La forestación ayuda a mejorar la calidad del aire, reducir la erosión del suelo y proporcionar un hábitat para la vida silvestre.

Energía renovable

Irlanda ha sido líder en el desarrollo de fuentes de energía renovable, como la energía eólica y la energía solar. El gobierno ha implementado una serie de políticas para alentar el desarrollo de energía renovable, incluidas las tarifas de alimentación e incentivos fiscales. Estas medidas han ayudado a reducir la dependencia de Irlanda de los combustibles fósiles y hacer que el país sea más sostenible.

Adaptación del cambio climático

Irlanda es vulnerable a los efectos del cambio climático, incluido el aumento del nivel del mar, las inundaciones más frecuentes y los cambios en la productividad agrícola. El gobierno ha desarrollado una serie de estrategias para adaptarse a estos cambios, incluida la inversión en medidas de protección costera, el desarrollo de cultivos resistentes a la sequía y la mejora de la gestión de los recursos hídricos. Estas medidas son esenciales para garantizar que Irlanda sea resistente a los efectos del cambio climático.