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¿Por qué pocos europeos llegaron a China antes del siglo XVI?

Varios factores contribuyeron al limitado alcance europeo a China antes del siglo XVI:

Barreras geográficas :

1. Desafíos de la Ruta de la Seda: La Ruta de la Seda terrestre era una ruta principal para el comercio entre Europa y China. Sin embargo, fue un viaje traicionero, que incluyó vastos y áridos desiertos, pasos montañosos escarpados, temperaturas extremas y el riesgo de ataques de bandidos y tribus hostiles.

2. Dificultad de los viajes por mar: Antes del siglo XV, la tecnología de navegación europea no estaba lo suficientemente avanzada para viajes oceánicos de larga distancia. La falta de instrumentos de navegación precisos y de barcos adecuados capaces de soportar mares agitados hizo que fuera un desafío aventurarse en mares abiertos.

Conocimiento y Percepción :

1. Conocimiento limitado: Antes del siglo XVI, la mayoría de los europeos tenían un conocimiento limitado de la geografía mundial. Muchos todavía creían en el antiguo concepto de una Tierra plana o tenían ideas erróneas sobre la forma y el tamaño del mundo, lo que dificultaba su comprensión de cómo llegar a Asia.

2. Centrismo europeo: La cosmovisión europea medieval era a menudo eurocéntrica y la mayoría de la gente creía que Europa era el centro del mundo. Esta mentalidad desalentó la exploración más allá de las tierras conocidas y limitó su interés en llegar a lugares distantes como China.

Factores políticos y económicos :

1. Control otomano: En el siglo XV, los turcos otomanos controlaban gran parte de las rutas terrestres entre Europa y Asia, lo que hacía que los viajes por tierra a China fueran difíciles y peligrosos para los europeos.

2. Incentivos comerciales limitados: Antes del siglo XVI, había una demanda limitada en Europa de productos chinos. La mayoría de los artículos de lujo, como la seda y las especias, muy valorados en Europa, podían obtenerse de fuentes más cercanas, como Oriente Medio.

3. Monopolio del Comercio Oriental: Las rutas comerciales hacia Asia estaban monopolizadas en gran medida por los comerciantes musulmanes y las ciudades-estado italianas como Venecia y Génova. Estos intermediarios controlaban el comercio de productos chinos, haciendo que el comercio directo con China fuera menos rentable para los europeos.

No fue hasta finales del siglo XV, cuando el príncipe Enrique el Navegante de Portugal patrocinó expediciones a lo largo de la costa africana, que los europeos comenzaron a buscar rutas marítimas directas a Asia, lo que finalmente condujo a la llegada de exploradores portugueses a China a principios del siglo XVI.